Definir de qué están hechos los buenos logotipos es una tarea difícil porque depende de muchos factores, sin embargo hay tres reglas que si bien se pueden violar… será bajo su propio riesgo.


1) Ley de la Solidez

Darle un Photoshop a alguien que no ha estudiado diseño es como darle un botiquín lleno de medicinas a un niño. El Photoshop y las medicinas pueden hacer maravillas… cuando se usan para lo que fueron hechos y no cuando nos atascamos con ellos. Logotipos con gradients, shadows, bevels, glows y el resto de efectos que Photoshop permite, podrán ser los logos del día… y sólo durarán un día. Un logotipo es un identificador, no es una imagen, no es una foto… es un escudo de armas.  Los mejores logos de la historia están hechos de colores sólidos y regularmente a una o dos tintas. Es también la única forma de asegurar que trabaje en blanco y negro.

2) Ley de la Escalabilidad

Toma una hoja del directorio amarillo y redúcela a dos centímetros de altura… ahora trata de leerla. Es un imposible y sólo un necio se atrevería a hacerlo ¿Por qué entonces lo hacemos con los logos? Un logotipo debe ser claro, limpio, objetivo. La perfección no es el momento en que ya no se puede agregar nada más, sino el instante en que ya no se puede quitar nada más. Eso es un logo… la esencia; y cuando llegamos a este nivel esencial, podemos reducirlo de tamaño sin perder detalle alguno.

3) Ley de la Originalidad

Originalidad pese a lo que muchos piensan, no significa nuevo… sino diferente.  Si un logo no es lo suficientemente original como para despertar nuestra sorpresa o admiración, pronto será olvidado o peor aún… pasará desapercibido.