Erwin Wurm es un escultor y fotógrafo austríaco nacido en Bruck an der Mur en 1954 que vive y trabaja en Viena. Formado en la Academia de Artes Aplicadas de Viena y en la Academia de Bellas Artes de Viena entre los años 1979 y 1982.

En su obra aparecen tanto el propio artista, como otras personas que colaboran con él, en absurdas poses esculturales, en la mayoría de los casos con el empleo de objetos cotidianos. Sus imágenes no son otra cosa que la documentación de una performance. Con este proceder trata de revisar constantemente el concepto de escultura en dos aspectos: de un lado, reubicando los objetos para humanizarlos y, de otro, objetualizando el cuerpo humano.
Erwin Würm é un escultor e fotógrafo austríaco nacido en Brucker an der Mur en 1954 que vive e traballa en Viena. Adestrados na Academia de Artes Aplicadas de Viena e da Academia de Belas Artes de Viena entre 1979 e 1982.

Na súa obra aparecen en ambos o artista a si mesmo, como outras persoas que traballan con el en poses esculturais absurdo, na maioría dos casos co uso de obxectos do cotián. As súas imaxes non son simplemente a documentación dunha performance. Con este procedemento é constantemente revisar o concepto de escultura en dous aspectos: primeiro, cambiar-se para humanizar obxectos e, por outra, objetificado no corpo humano.

I

Source: www.elespectador.com
Lo incongruente y lo insólito gravitan alrededor de la obra de Erwin Wurm (Bruck, 1954) y el espectador se debate entre la perplejidad y la risa. Los objetos cambian de función y las personas cambian de sentido. Arriba es abajo y abajo es lateral. Las percepciones son puestas a prueba y se crea un mundo paralelo donde las preguntas del artista se asemejan a las del filósofo; ¿dónde estamos?, ¿quiénes somos?, ¿por qué el mundo? A pesar de los interrogantes, Wurm confiesa con honestidad: “Cada tiempo tiene su propia verdad. Eso es lo que los artistas y los filósofos buscan. Sin embargo, ambos fracasan constantemente”.
A la edad de 15 supo que quería ser un artista. Su padre trabajaba como detective en la policía y su visión sobre los artistas era más que sospechosa. El hecho de que su hijo quisiera ser uno era un tema tabú. “Mi padre le gustaba a todo el mundo, hasta a las personas que ponía tras las rejas. Ellos le mandaban pequeñas esculturas de torres o de iglesias hechas con fósforos o con pitillos. Tenía toda una colección de miniesculturas. Quizá eso me hizo querer ser artista”.
Es precisamente el acto escultórico el que ha estado en el centro de sus preocupaciones. Tratar, por ejemplo, el volumen, el peso, el equilibrio y la forma fuera de un podio, como en sus Esculturas de un minuto, donde el público sigue instrucciones para producirlas por un tiempo determinado: “Abra su pantalón y póngale un ramo de flores”, “Métase dos lápices por la nariz y una grapadora en la boca”, son algunos de las consignas a seguir, y así interactuar con la idea del artista. El video y la fotografía dan cuenta de estos episodios efímeros. El concepto de escultura en la obra de Wurm cruza fronteras y se mezcla con la acción para crear imágenes poderosas que tienen un impacto directo.
Su obra se ha presentado en los escenarios del arte internacional más representativos y pertenece a los artistas más relevantes del presente.
La muestra La memoria en la era de la globalización: perspectivas de la mirada desde afuera, curada por Sàrolta Schredl, recoge trabajos de los 20 años del quehacer artístico de Erwin Wurm y se presenta en el marco de los 200 años de la Independencia gracias a la Embajada de Austria en Bogotá en colaboración con el Ministerio Federal de Austria para asuntos europeos e internacionales.
¿Su búsqueda artística es la misma que al inicio de su carrera?
Básicamente es la misma, porque desde el principio estaba interesado en las nociones de la escultura. ¿Qué significa, qué es? Y tratar de acercarla a objetos del cotidiano, relacionarla con la vida diaria. Eso sigue ahí, pero hay cosas que han cambiado, porque al principio era un método para crear el cuerpo de la obra. Poco a poco eso ha dejado de interesarme, porque el arte para de pensar en sí mismo…

¿Cuál es su mayor transgresión en su obra?
Tengo dos momentos que marcaron un punto de inflexión. En 1991, cuando empecé a trabajar con objetos que tenían un comienzo y un fin. Existían por una semana, por dos o por un mes. Eso fue muy importante para entender intelectualmente mi trabajo. Después, en 1997 cuando creé las Esculturas de un minuto.

Con las ‘Esculturas de un minuto’ la gente puede estar haciendo el ridículo o sentirse parte de una obra de Wurm… ¿Cómo lo ve usted?
Al principio era muy interesante, porque significaba cruzar las fronteras. Todo el mundo quiere sentirse cool, interesante, exitoso en la vida. Pero siempre tenemos una parte secreta u oscura que no queremos que los otros vean: miedos, ansiedades, problemas. Y estas esculturas permiten dar a conocer ese sentido del ridículo, pero al mismo tiempo afirmarse en él. Y eso nos da más fuerza y certeza. No sólo se trata de mostrar el lado fuerte, sino el débil también. El otro efecto es que siempre nos encontramos muy serios en nuestro rol en la vida tanto personal como profesional. Me interesa transformar todo esto a otro nivel y hacerlo divertido.

¿Y qué pasa con la distorsión en ciertas de sus esculturas y en las situaciones absurdas de sus fotografías?
Siempre se nos ha dicho cómo es y cómo debe ser la realidad y cómo está el mundo construido. A través de las últimas crisis en las que el mundo se ha visto confrontado, vemos otras realidades. Me parece que la imagen que tenemos del mundo funciona como una pantalla de protección y que esta imagen es distinta a como de verdad funciona la realidad. Eso me parece fantástico.

¿Es el humor un material o el resultado?
Es un material o una manera de expresar las cosas. El gran pathos no me gusta, muchos artistas hablan de él, del proceso de envejecer, de morir, del padecimiento, de la tristeza. A mí no me gusta eso, me gusta evitarlo. El humor depende también mucho de las personas y las culturas. A algunas personas les parecerá gracioso, mientras que a otros no les agrade. Por otra parte, es una manera de llegarle a más gente y de quitarle un poco de solemnidad al concepto de arte.

Ha trabajado el dibujo, el video, la fotografía, la escultura, la performance ¿La forma es un vehículo para sus ideas?
Sí, creo que cuando tengo una nueva idea, encuentro el mejor medio para realizarla. De repente me doy cuenta de que cuando hago videos, estoy pensando en términos de videos y pasar a otro soporte no es evidente, porque me encuentro inmerso en este universo. Me pasa lo mismo con la fotografía y con la escultura. Pero es refrescante e importante saltar de una a otra, porque renueva mi perspectiva como artista.

El arte contemporáneo es amplio y vasto como la misma palabra. El público en general lo percibe como un concepto difícil de entender. ¿Cómo lo ve usted, cómo se siente dentro de él?
Llevo varios años dentro de él. El arte contemporáneo ha sido un medio para pensar nuestra sociedad, pensar nuestro tiempo y reflejarlo. Eso lo he creído por muchos años. Pero ahora también pienso que es un medio para crear algo nuevo. Personalmente me gusta utilizar el lenguaje de la ciencia ficción y de los cómics, que al final resulta un lenguaje fácil para que la gente entienda y acceda a mi trabajo. Entrar a mi arte es fácil en un primer nivel, pero hay capas dónde se necesitará un poco más de esfuerzo y dónde están las preocupaciones y las preguntas sobre nuestra sociedad.

¿Y cuáles son esas preocupaciones y preguntas que trata en su obra?
Hacer piezas que no estén limitadas por la realidad física de lo tridimensional, sino por una realidad imaginaria que sale de los sentimientos, de los pensamientos, de los efectos psicológicos… otras dimensiones. Es difícil de explicar.

Fuente: www.elespectador.com

Incongruente e inusual xiran en torno á obra de Erwin Würm (Brucker, 1954) eo espectador é dividida entre asombro e gargalladas. Obxectos función de cambio e as persoas cambian o seu significado. Polo menos, descende e abaixo é lateral. Percepcións son probado e creou un mundo paralelo onde as preguntas artista se asemellan aos do filósofo onde nos atopar, sobre nós, porque o mundo? A pesar das dúbidas, confesa honesta Würm: «Cada vez que ten a súa propia verdade. Iso é o que os artistas e filósofos buscan. Con todo, ambos fallan constantemente. »
Á idade de 15 el sabía que quería ser un artista. O seu pai traballaba como detective na policía ea súa visión dos artistas era máis que sospeitoso. O feito de que o seu fillo era como ser un tabú. «O meu pai amaba a todos, incluso xente que puxo detrás das reixas. Envían as súas esculturas pouco de torres de igrexas ou feitas con fósforo ou cigarros. Tiña unha colección de miniesculturas. Quizais isto me fixo querer ser un artista «.
Escultura é precisamente o acto que estivo no centro das súas preocupacións. Probe, por exemplo, volume, peso, equilibrio e saída dun podio, como na súa escultura dun minuto, onde o público é instruído a producir para un determinado momento: «Abre as súas calzas e poñer unha morea de flores «,» Get no nariz dous lapis e un grampeador na boca «son algunhas das instrucións a seguir e, así, interactuar coa idea do artista. O vídeo e fotografía entender estes episodios efémeros. O concepto de escultura en traballo Würm cruza fronteiras e mesturado con acción para crear imaxes poderosas que teñen un impacto directo.
O seu traballo apareceu na escena representante internacional de arte e pertence aos artistas máis importantes do presente.
A memoria da mostra na era da globalización: perspectivas dende o ollar de fóra, con curadoria de Sarolta Schredl, inclúe obras de 20 anos de traballo artístico de Erwin Würm e amosarase no contexto dos 200 anos de Independencia Austria Embaixada en Bogotá, en colaboración co Ministerio Federal de Austria para os asuntos europeos e internacionais.

A súa procura artística é o mesmo que no inicio da súa carreira?
Basicamente o mesmo, xa que desde o comezo estaba interesado en nocións de escultura. Que, o que? E tratar de achegala la dos obxectos do cotián, relacionalo lo á vida cotiá. Que aínda está alí, pero hai cousas que cambiaron, xa no comezo era un método para crear o corpo do traballo. Pouco a pouco deixou de interese, porque a arte de pensar en si …

Cal é a súa maior transgresión no seu traballo?
Eu teño dous momentos que marcaron un punto de viraxe. En 1991, cando empecei a traballar con obxectos que tivo un comezo e un fin. Hai unha semana, por dúas ou un mes. Iso foi moi importante para entender o meu traballo intelectual. Entón, en 1997, cando creei as esculturas por un minuto.

As persoas a «un esculturas minuto pode ser parecer tolo ou ser parte dun traballo de Würm … Como ve?
No comezo foi moi interesante, porque iso significaba atravesar fronteiras. Todo o mundo quere sentirse legal, interesante, ben sucedido na vida. Pero temos sempre unha oculta ou escuro que non queremos que os demais vexan: medos, ansiedades, problemas. E estas esculturas serven para dar a coñecer o sentido do ridículo, pero ao mesmo tempo, afirmar-se. E que nos dá máis forza e seguro. Non só trata de mostrar o lado forte, pero os débiles tamén. O outro efecto é que estamos sempre moi serio sobre o noso papel na vida persoal e profesional. Quero transformar isto a outro nivel e facelo divertido.

E como a distorsión nalgunhas das súas esculturas e situacións absurdas das súas fotos?
El sempre nos dixo como é e como debe ser a realidade e como o mundo está construído. A través das crises recentes en que o mundo foi confrontado, vemos outras realidades. Creo que a imaxe que temos do mundo funciona como unha pantalla de protección e esa imaxe é realmente diferente de como a realidade funciona. Isto soa fantástico.

É un material de humor ou o resultado?
É un material ou unha forma de expresar as cousas. O pathos grande como moitos artistas non falar sobre iso, o proceso de envellecemento, morte, á tristeza, dor. Eu non me gusta diso, gustaríame evitalo. O humor tamén depende de unha chea de persoas e culturas. Algunhas persoas van pensar divertido, mentres que outros non lles gusta. Por outra banda, é unha forma de acadar máis persoas e tomar algunhas de solemnidade co concepto de arte.

El traballou de deseño, vídeo, fotografía, performance, escultura O formulario é un vehículo para as súas ideas?
Si, creo que cando eu teño unha idea nova, atopar a mellor maneira de facelo. De súpeto, podo entender que cando fago vídeos, estou pensando en termos de vídeo e pasar outros medios non é obvia, porque estou inmerso neste universo. Eu sinto o mesmo coa fotografía e escultura. Pero é refrescante e importante salto dun a outro, porque renova a miña perspectiva como un artista.

Arte contemporánea é amplo e amplo como a mesma palabra. O público en xeral enténdese como un concepto difícil de entender. Como ve, como se sente nel?
Teño varios anos para el. A arte contemporánea foi un medio de pensar a nosa sociedade, o noso tempo para pensar e reflexionar. Que teño crido por moitos anos. Pero agora eu creo que é un medio para crear algo novo.Persoalmente eu gosto de usar a linguaxe da ciencia ficción e cómics, que eventualmente resulta nunha linguaxe que é doado para as persoas entenderen e acceso o meu traballo. Iniciar sesión para a miña arte é doado nun nivel, pero hai capas que precisa de un pouco máis esforzo e onde os problemas e dúbidas sobre a nosa sociedade.

E cales son esas preocupacións e preguntas sobre o seu traballo?
Facer pezas que non son limitadas por tres dimensións da realidade física, senón unha realidade imaxinaria que vén dos sentimentos, pensamentos, efectos psicolóxicos … outras dimensións. É difícil de explicar.

Fonte: www.elespectador.com